Hábitat: La cobra india y la cobra egipcia son las especies más conocidas. La primera, que es la más venenosa de todas las serpientes, habita principalmente en bosques tropicales y cerca de áreas cultivadas de la India, Vietnam, el Sur de China y Filipinas. También hay muchos ejemplares que se han reproducido en cautiverio y viven en zoológicos por todo el mundo.
Costumbres: Hay ciertas especies que sólo se encuentran cerca del agua donde la temperatura y la humedad son relativamente constantes. Algunas, como la egipcia, son diurnas y otras, como la india, son nocturnas y se refugian durante el día en una madriguera o bajo las rocas. Pasan mucho tiempo en los árboles o arbustos, aunque también les gustan las planicies y los pantanos. Las cobras mudan de piel de cuatro a seis meses al año, en ciclos que duran dos semanas, pero en su primer año de vida esta muda ocurre mensualmente. A pesar de ello, el número de sus escamas y su alineación permanecen invariables durante toda su vida. Las cobras son sordas, no pueden percibir las vibraciones transmitidas por el aire, pues carecen de tímpanos. Sin embargo pueden detectar vibraciones transmitidas por la tierra. Se guían por el sentido del tacto. Su comportamiento es tranquilo, son algo tímidas, pero si se sobresaltan o se sienten amenazadas su carácter se vuelve salvaje, se alzan verticalmente y ensanchan la piel del cuello listas para inyectar su potente veneno. Con el propósito de engañar a sus predadores, la cobra duerme con los ojos bien abiertos. Su mirada es hipnótica, al mirar sus pupilas éstas parecen girar en círculos.
Reproducción: Las parejas potenciales se encuentran una a la otra enviando “mensajes olorosos”. Tanto los machos como las hembras despiden cierto olor coincidiendo con la estación de cría, entre septiembre y octubre. Cuando un macho encuentra una hembra, la persigue frotando su cabeza contra la de ella. Antes de aparearse la pareja “danza” levantando la cabeza del suelo unos 30 cm o más y moviéndose de un lado a otro, lo cual puede prolongarse hasta una hora antes de que se realice el apareamiento. Cuando el macho aprieta su cloaca a la de la hembra, se produce una ondulación que recorre su cuerpo desde la cola hasta la cabeza. La pareja puede permaneces unida durante horas. Un mes más tarde, la hembra pone entre 8 y 20 huevos en un hoyo del terreno o en un árbol, que cuida celosamente. Durante este periodo tiene tendencia a atacar sin ser provocada, con terribles consecuencias para los transeúntes si su nido se encuentra cerca de un sendero. La cobra real es la única serpiente que hace nidos, preferentemente con hojas de bambú que junta enroscando su cuerpo.
Alimentación: Principalmente buscan roedores. También cazan ranas, sapos, lagartijas, aves de corral y polluelos, para lo cual trepan a los árboles y saquean los nidos. Cuando no disponen de otro alimento comen saltamontes u otros insectos grandes, pequeñas serpientes e incluso peces. La cobra, como muchas otras serpientes, se traga a sus víctimas enteras, usualmente la cabeza primero.
Enemigos: Sus enemigos naturales son las mangostas y las ginetas. Éstas últimas gustan de robar sus huevos. Sin embargo, lo que más acaba con las cobras es la deforestación debido al aumento de la población humana y a la extensión de sus terrenos de agricultura, lo cual ocasiona que sus hábitats se encojan y de pronto se encuentren cerca de aldeas o de cultivos de té, como en el sur de la India, donde los habitantes matan más de una docena de cobras cada año en cada población en la que penetran persiguiendo a sus presas.
Expectativa de vida: Aproximadamente 12 años en campo abierto y hasta 20 años en cautiverio.
Hechos interesantes: Ciertas cobras, como la roja de Mozambique, apuntan instintivamente a los ojos de sus predadores para lanzar su veneno como quien lanza un espray a los ojos de un asaltante. La cobra india es una de las más venenosas, habiéndose dado casos de muerte a los 15 minutos del mordisco. 7 mililitros son suficientes para matar un elefante o a 20 personas. En India hay 10,000 muertes al año por esta causa, debido principalmente a que la población circula descalza. El veneno de la cobra contiene neurotoxinas que actúan sobre el Sistema Nervioso y producen parálisis, náuseas, dificultades respiratorias y a veces, muerte por crisis cardiacas y fallos en la espiración.